Por Humberto Herrera Carles
“…las tareas políticas concretas hay que plantearlas en una
situación concreta. Todo es relativo, todo fluye, todo se modifica”. Lenin
En Cuba seguimos por las ramas en el enfoque
económico social que implementamos en el país. El problema fundamental que
presenta la economía cubana, es el bajo nivel de productividad social del
trabajo sostenido por años, con esto el desarrollo y la construcción del
socialismo no es posible. La solución de la mayoría de los problemas económicos
y sociales que tenemos y las metas que aspiramos pasan por alcanzar tasas
sostenidas relevantes de incremento de la productividad social.
Empecemos por el principio, y aquí hago una cita de cita: “El objetivo
de los socialistas ha sido siempre la idea de una sociedad que permita el pleno
desarrollo del potencial humano. En el primer borrador del Manifiesto
Comunista, Federico Engels se preguntó “¿cuál es el objetivo de los
comunistas?” y respondió, “organizar la sociedad de tal manera que cada
uno de sus miembros pueda desarrollar y usar su potencial y sus facultades en
completa libertad, sin desnaturalizar así la esencia básica de esa sociedad.”[i] En la versión final
del Manifiesto, Marx resume todo esto diciendo que el objetivo es
“una asociación en que el libre desarrollo de cada uno sea la condición para el
libre desarrollo de todos.”
Como nación la aspiración
martiana “con todos y para el bien de todos” coincide en parte con el
principio marxista apuntado, y en ello está implícito el desarrollo económico y
social en el sentido amplio de la palabra, para todos.
En la historia
revolucionaria uno de los graves problemas que hemos adolecido durante años es que no hemos prestado atención a los mecanismos de autocontrol y de alertas, que
los indicadores económicos y sociales iban reflejando en el tiempo y que nos
permitirían corregir rápidamente las desviaciones que en materia económica-
social se producían, y cuando lo hicimos no revertimos la situación
completamente y a los pocos años resurgían (acaso no desaparecieron) los
problemas. Creemos además que tenemos todo el tiempo del mundo (generaciones de
cubanos ya hemos vivido nuestro proyecto) y que haciendo lo mismo no se pueden
tener resultados diferentes.
Así lejos de “cambiar todo lo que debe ser cambiado”, y dar a algunos
“fundamentos” o “ verdades” en materia económica la categoría de verdades
inamovibles por años, tenemos paralelamente resultados que no hemos sido
capaces de revertir, ( ej.: El deterioro del salario real, la dualidad
monetaria, la baja productividad del trabajo en la mayoría de los sectores de
la economía, el incremento de la desigualdad social, deterioro de valores
cívicos y motivacionales, etc.), con ello deberíamos llevarnos a cuestionar,
reevaluar, y repensar constantemente en todo lo que no se está obteniendo, a
pesar de los propósitos. Justificantes siempre habrán en el corto plazo, pero
en el largo plazo lo que hay es falta de objetividad en el análisis de la
realidad y la falta de acciones para enfrentar y rectificar los problemas de
manera correcta.
Hay que respetar y tener en cuenta, además, lo que
constituyen hechos probados en el resto del mundo, y adecuarlo a nuestras
condiciones de construcción socialista. Por ej.: está demostrado que para
crecer como requiere Cuba del 5-7 % anual en su economía, hay que garantizar un
mínimo del 25- 30 % de formación bruta de capital en relación al PIB,
esto es difícil de alcanzar, pero Cuba no llega al 10 % desde que empezó el
periodo especial, así que es materialmente imposible aspirar a ello (crecimiento
sostenido del 7 % anual). Digo más, solo 13 países en el mundo han logrado
durante 25 años consecutivos un crecimiento del 7 % o más de crecimiento anual
en su economía.
Por otra parte las fuentes de financiamiento de inversión son tres básicamente en la inmensa mayoría de los países (estado, inversión extranjera y población del país); en Cuba la población con los niveles salariales existentes (consecuencia de la baja productividad y el circulo tortuoso salario - productividad) no es posible en lo fundamental, además que impedimos la concentración de la riqueza como política, pero tampoco la creamos como nación en cantidades necesarias, pero incluso, la ley de inversiones es por ahora, solo para extranjeros. Sin embargo, los cubanos realizan compras de decenas de millones de dólares en terceros países[ii] y los traen al país para engrosar el mercado negro, el mejor exponente de la corrupción, como complemento del robo a las empresas estatales, en vez de esas posibilidades de inversión encauzarlas en el país. Tal pareciera que no se tiene presente además, que la única fuerza de trabajo e inversionista a largo plazo con que cuenta Cuba son los cubanos, no es posible crear una sociedad socialista donde no se compartan riesgos, posibilidades y beneficios con todos y cada uno de los ciudadanos.
Por otra parte las fuentes de financiamiento de inversión son tres básicamente en la inmensa mayoría de los países (estado, inversión extranjera y población del país); en Cuba la población con los niveles salariales existentes (consecuencia de la baja productividad y el circulo tortuoso salario - productividad) no es posible en lo fundamental, además que impedimos la concentración de la riqueza como política, pero tampoco la creamos como nación en cantidades necesarias, pero incluso, la ley de inversiones es por ahora, solo para extranjeros. Sin embargo, los cubanos realizan compras de decenas de millones de dólares en terceros países[ii] y los traen al país para engrosar el mercado negro, el mejor exponente de la corrupción, como complemento del robo a las empresas estatales, en vez de esas posibilidades de inversión encauzarlas en el país. Tal pareciera que no se tiene presente además, que la única fuerza de trabajo e inversionista a largo plazo con que cuenta Cuba son los cubanos, no es posible crear una sociedad socialista donde no se compartan riesgos, posibilidades y beneficios con todos y cada uno de los ciudadanos.
Además lo anterior que es un ejemplo medular esto tiene otras implicaciones,
es que no sólo no podamos desarrollarnos, es que no tendremos alta
productividad del trabajo, como ya apuntamos, la misma que debe garantizar la solución en última
instancia, de los bajos salarios, el envejecimiento poblacional y ser un país
sustentable y desarrollado, entre otros.
La empresa estatal por sí misma no es socialista, y
a la inversa, las empresas no estatales pueden ser socialistas. La esencia es
el proceso de socialización de la vida económica- social como necesidad
de la práctica como apunta Engels en “Del socialismo Utópico al
Científico”, y el destino de la distribución y redistribución final de la
riqueza creada.
Engels dice en el mismo documento: “La concepción materialista de la historia parte de la
tesis de que la producción, y tras ella el cambio de sus productos, es la base
de todo orden social; de que en todas las sociedades que desfilan por la
historia, la distribución de los productos, y junto a ella la división social
de los hombres en clases o estamentos, es determinada por lo que la sociedad
produce y cómo lo produce y por el modo de cambiar sus productos. Según eso,
las últimas causas de todos los cambios sociales y de todas las revoluciones
políticas no deben buscarse en las cabezas de los hombres ni en la idea que
ellos se forjen de la verdad eterna ni de la eterna justicia, sino en
las transformaciones operadas en el modo de producción y de cambio; han de
buscarse no en la filosofía, sino en la economía de la época de que se trata”[iii]. (Resaltado HHC).
Aplicado al tema cubano hay que plantearse:
El país subdesarrollado que éramos en 1959 y aún
somos en lo fundamental estaba preparado para una nacionalización que estaba
justificada políticamente pero en lo económico no alcanzaba el nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas que provocara la contradicción con las
relaciones de producción existentes y por tanto la necesidad de que “saltara
hecha añicos”.
Se dice también: “La
propiedad del Estado sobre las fuerzas productivas no es solución del
conflicto, pero alberga ya en su seno el medio formal, el resorte para llegar a
la solución”[iv].
Y finalmente Engels nos
alertaba: “Si la nacionalización de la industria del tabaco fuese socialismo,
habría que incluir entre los fundadores del socialismo a Napoleón y Metternich”[v].
Cuba en los 59 años de
revolución ha crecido, con bloqueo económico- financiero de Estados Unidos de por medio, a razón
del 3 % anual como promedio, pero no somos desarrollados. Los logros alcanzados
en lo social son importantes de destacar, en educación y su gasto, sitúa a Cuba
como el país que mayor % dedica a ello en relación al PIB, lo que dice mucho de
la vocación humanista de la sociedad que aspiramos a construir y estamos
construyendo, pero también hay que decir que somos el país que menor
productividad tenemos en relación y proporción a los niveles de educación
alcanzados. Lo que pone de relieve es que están “maniatadas” las fuerzas
productivas.
Cuba en el Índice de
Desarrollo Humano del PNUD 2016[vi] se
ubica en el lugar 68 entre 188 países con un desarrollo humano alto, hemos
descendido en los últimos años, estos resultados se deben a los lugares alcanzados en
Educación en Años de Escolaridad lugar (32) y Expectativas de años escolares (
73), y en el indicador Expectativa de Vida ocupamos el lugar
(33); sin embargo, en el indicador económico sintético GNI per
cápita ( 2011 PPP), indicador que permite además que los países sean
comparables económicamente hablando , Cuba ocupa el lugar (114) y en años
anteriores ocupábamos el lugar (102) ¿Cómo hacer sostenible nuestro proyecto en
el largo plazo si descendemos económicamente en relación al resto de los
países?.
Entre 1970 y 2016 en el
indicador económico PIB per cápita a precios constantes del 2010 según el Banco
Mundial[vii], por
poner unos países de ejemplo: China ha crecido en 45 años, 30.2 veces ademas de bajar el Coeficiente Gini de 061 a 0.42 en los últimos 5 años, Corea
del Sur 14.1 veces, Singapur 8.0 veces, EE.UU 2.2 veces y Cuba 2.9 veces. Si
acortamos el período entre 1994 y 2016 en que Cuba empezó a crecer
sostenidamente, los resultados son: China 6,1 veces, Corea del Sur 2.3 veces,
Singapur 1.9 veces, EE.UU 1.4 veces y Cuba 2.4 veces. Esto demuestra
el esfuerzo de Cuba, pero sin embargo, el crecimiento más rápido se está
produciendo cada vez más en países emergentes, Myanmar 6.1, India 3.2, Rwanda
3.6 veces y todavía no llegan a los niveles de los países
desarrollados que tienen entre 70 y 200 años de crecimiento en la economía, a
pesar de las crisis capitalistas. Cuba por tanto tiene un modelo que ha
resistido la prueba del tiempo, y el embate imperialista de los EE.UU, al
tiempo que ha obtenido logros sociales importantes a un alto costo, pero tiene una tasa de crecimiento muy por debajo de la necesaria y a este ritmo es algo
difícil predecir cuándo seremos un país desarrollado.
No hay que olvidar que el
sistema capitalista tiene sus inicios en el siglo XVI, hay ya 500 años de
“experiencia”[viii]
y evolución, pero hoy en día “El 1% más
rico de la población mundial posee más riqueza que el resto del planeta, 10 empresas en el mundo obtuvieron una facturación
superior a los ingresos públicos de 180 países juntos”[ix], y así
un largo etc. de desigualdad y desproporciones que no cumplen con el precepto
de con todos y para el bien de todos a escala global.
Hay un país, Singapur, que
tiene algunas características similares a Cuba: en 1959 hubo un cambio de
alguna manera radical, es una isla de pocos habitantes relativamente aunque con
mayor densidad poblacional que nuestro país, con un menor territorio, así como
pocos recursos naturales, importador de alimentos y materias primas en lo
fundamental, pero ha logrado buscar y gestionar su ventaja competitiva como
país. Veamos los resultados económicos en casi seis décadas.
Cuando damos por sentado
que la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción e impedir
la concentración de la riqueza, son dos pilares, entre otros muchos, del
Socialismo que hemos asumido como bandera, hay que preguntarse si el
primero no debe alcanzarse mediante
el proceso necesario ( necesidad objetiva) de la socialización de la
producción, es decir como resultado del crecimiento constante y continuado de
la productividad del trabajo y la economía y que llegado a un punto empieza a frenarse
y finalmente retroceder la misma, creándose las condiciones necesarias para el
“salto” ( y no estoy promoviendo una privatización, pero si por ej.
cooperativas y minindustrias[xii]
territoriales con mayor autonomía en todo el país que sirvan directamente a la
población y al sistema empresarial estatal, así como evaluaciones periódicas y
públicas de nuestros representantes estatales); y del segundo pilar hay que preguntarse si limitar la concentración de la
riqueza per se no actúa como freno del incremento de la
productividad del trabajo y de la satisfacción de las necesidades en general de
la sociedad y para esto, si lo que no hay que limitar en cambio, son los
impuestos progresivos sobre la riqueza.
Cuando Marx hablaba de
“manantiales de riquezas colectivas” en Crítica
al Programa de Gotha, estaba enunciando que la fase superior solo es
posible con el desarrollo de las fuerzas productivas, del incremento sostenido
de la productividad social del trabajo. Este pensamiento es
coherente en toda la obra de los clásicos. No es casual que Engels en un
momento tan solemne como la despedida al “primer violín” dijera: “Marx
descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo,
pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer
lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política,
ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de
vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica
de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han
desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas
artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la
cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había
venido haciendo”[xiii].
Por lo anterior no hay que
tildar de economicistas a aquellos que postulan el desarrollo de la economía
como condición sine qua non de la construcción socialista, sino además para que
sea efectiva y realista la creación del hombre nuevo socialista, y que en
esencia es una nueva cultura de vida plena. La labor en Cuba del PCC sin
desarrollo económico es una tarea de titanes.
Quiero apuntar dentro del
oasis de países capitalistas, el grupo que conforman el llamado modelo
nórdico, tienen niveles muy alto de desarrollo humano (IDH de la ONU (en
economía, salud, educación, seguridad y baja desigualdad, etc). Estos países han
alcanzado cotas altas en el desarrollo económico -social, por encima de todos
los proyectos socialistas existentes que uno llega a preguntarse ¿si esto no es
una vía de construcción socialista o que sigue después para estos países? , por
lo que su estudio es también importante, ya que también presentan deformaciones.
La pregunta- provocación ¿qué es el socialismo entonces? Hay que añadirle ¿qué
tipo de socialismo queremos construir en Cuba?
Al parecer la introducción
constante de los resultados de la ciencia y la tecnología en todos los ámbitos
de la vida económica – social y planificar- gestionar la misma constantemente
es la vía para alcanzar altas cotas de productividad y con esto el desarrollo
sostenido.
El Nóbel de Economía Paul
Krugman (capitalista y keynesiano) que es el economista más influyente en el
mundo en la actualidad, ha dicho “... el crecimiento de la productividad, es el
motor que impulsa la mejora del nivel de vida “[xiv].
Sin embargo, hace casi cien
años V.I.Lenin nos decía: “El factor más importante, el decisivo para el
triunfo del nuevo régimen social es, en última instancia, la
productividad”[xv].
Y más recientemente en
nuestro país: “El único camino mediante el cual se puede ir elevando el
estándar de vida es por el camino de ir elevando la producción. Y el camino
para ir elevando la producción es elevar la productividad del trabajo. Y la
productividad se eleva con técnica y organización”. Fidel Castro Ruz[xvi].
¿Es el centro de toda
nuestra política económica- social el crecimiento sostenido de la productividad
económica – social? No del todo. La última vez que era un objetivo
nacional fue en 1971, en que se llamó ese año “Año de la Productividad”.
En el documento de la Conceptualización
en su versión final[xvii] se
menciona dos veces 1 - como uno de los efectos de la caída del campo socialista
“Se agudizó la baja productividad e ineficiencia, con énfasis
en el sector agropecuario, la obsolescencia tecnológica de…” Y 2- Al referirse
a la propiedad socialista de todo el pueblo “El papel protagónico
revolucionario de una clase obrera y de los trabajadores en general, con
elevada conciencia y potencialidades, capaces de trabajar con motivación,
eficacia, productividad, responsabilidad social…”.
En los Lineamientos
2016- 2021 hay solo cinco menciones a la productividad pero sólo una
formulación alentadora, pero como propósito, las otras son menciones
secundarias.
“24. Alcanzar mayores
niveles de productividad y eficiencia en todos los sectores de la
economía a partir de elevar el impacto de la ciencia, la tecnología y la
innovación en el desarrollo económico y social, así como de la adopción de
nuevos patrones de utilización de los factores productivos, modelos gerenciales
y de organización de la producción.”
Sin embargo, en las Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico Social hasta el 2030:
Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos[xviii],
ya se le da un tratamiento a la productividad más adecuado, se hace mención
en veintitrés ocasiones relacionada con diferentes sectores de la economía,
pero sigue sin existir un Plan de
Incremento Sostenible de la Productividad como Nación.
En los informes anuales a
la Asamblea Nacional el último Ministro de Economía que se refería a la
necesidad de tomar las medidas necesarias para propiciar el incremento de la
productividad en todos los sectores fue el Dr. José Luis Rodríguez[xix]. En la
última Asamblea solo se mencionó para comentar su relación con el gasto de
salario, es decir no está en el centro de la vida diaria como país.
El mundo por otra parte,
empieza a sustituir aceleradamente la fuerza de trabajo por robots, van a
desaparecer algunas profesiones en los próximos diez años. ¿Qué está haciendo
Cuba para estar a la par del mundo? ¿Cómo vamos a enfrentar ese reto de salto
en la productividad?
La economía que demuestra
resultados sostenidos es la mixta, la propiedad relacionada con la misma es
mixta que es además la que previeron los clásicos en el período de tránsito; en
las grandes transformaciones el estado no juega un papel de administrador sino
de regulador- facilitador con la autoridad requerida, y los cambios deben darse
continuamente, y cuando hay los primeros síntomas de estancamiento, realizar
ajustes y nuevos cambios.
¿Podemos construir una sociedad socialista en Cuba que sea “una asociación en que el libre desarrollo de cada uno sea la condición para el libre desarrollo de todos.?. Sin lugar a dudas.
Bibliografía y Citas
[iv] Ibidem
[v] Ibidem
[xiv] Paul Krugman “Vendiendo
Prosperidad.” Editorial Ariel 2013. Pág. 17.
[xv] “Una gran iniciativa”. En Obras Completas,
Editora Política La Habana. T, 29. Pág. 419.
[xvi] Periódico Revolución, La Habana, 2 de
Noviembre de 1964 pág.5
[xviii] Ibidem
[xix] En el Informe del 2007 a la Asamblea se
plantea: “En estas situaciones resulta decisivo el incremento de la productividad del trabajo, que crece un 5.0% en
este año y, además, es superada ligeramente por el incremento del salario
medio, que aumenta un 5.4%, manteniéndose una tendencia negativa que hay que
revertir definitivamente. Al respecto cabe subrayar que permanecen aún sin
explotar los factores organizativos, que sin recursos adicionales, pueden
elevar sustancialmente la productividad hasta en casi un 60% de los casos, como
se comprobó recientemente.” http://www.cubagob.cu/
24/2/2018
hhcarles@gmail.com
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